Ayer te vi caminar sin miedo. Te vi ser, sin más, mi cielo. Te vi amar, reír y sonreír. Creo que te vi hasta feliz.
Por eso, hoy te quiero confesar cosas que ojalá ya sepas, cosas que ojalá nunca olvides:
Que prefiero despertar mil veces en la noche sintiéndote a mi lado a hacerlo una sola en la mañana.
Que si me escondo y les miento, es porque prefiero temer que me encuentren a siquiera pensar en no tenerte.
Que si hay cosas que me atan a la vida, por saber, por deber; eres la única que me da ganas de vivirla.
Te vi caminar sin prisa ondeando a plena vista los colores que brillan en tu interior por calles grises que no conocen la calma. Te vi ser con orgullo y sin miedo.