Sobre la invisibilidad de las mujeres lesbianas y bisexuales en los fandoms.

15:06:00


No recuerdo cuándo fue la última vez que encontré un fanart o un fanfic de una ship f/f sin tener que buscarlo yo misma. En cambio, a diario me encuentro con enlaces e imágenes a contenido m/m en las cronologías y feeds de mis redes sociales. Sin necesidad de un solo clic.
Sé que esto no solo me ocurre a mí, no es fruto de la casualidad, sino un fenómeno generalizado en los fandoms. Se presta menos atención a las relaciones amorosas entre mujeres, sean canon o no, que a las de hombres. Pero ¿por qué?

La respuesta que más suelo ver culpa a las mujeres que, por un lado, fetichizan a los hombres gays y bisexuales (aquíleos a partir de ahora) mientras que, por el otro, nos desprecian a las mujeres lesbianas y bisexuales (sáficas a partir de ahora). Esto, a primera vista, resulta una explicación válida, plausible y realista, porque, hasta cierto punto, lo es. El groso de los fandoms ha sido y está formado por mujeres. Muchas de ellas heterosexuales y homofobas, lo que las lleva a deshumanizar a las personas no-hetero. Si le sumamos la misoginia interiorizada, esta deshumanización se bifurca en idealización y fetichización para ellos y en demonización para nosotras. Sin embargo, esta explicación obvia algo muy importante: las mujeres hetero no son las únicas mujeres en los fandoms. Las mujeres sáficas también somos parte activa en estos ambientes, creamos y consumimos contenido por y para fans. Incluso nosotras, incluso las que exigimos que se descentralice a los hombres, caemos en prestarles más atención a los personajes aquíleos y a sus relaciones. Simplemente, es más sencillo.

Es más sencillo porque desde la propia creación de la obra original se facilita. Es un hecho mostrado y demostrado que los personajes femeninos reciben un trato muy distinto, y peor, en la gran mayoría de obras de ficción. Basta con echar un ojo a los resultados del test de Bechdel o analizarlas en busca de tropos como el principio de Pitufina [1][2][3], mujeres en refrigeradores [1][2], damisela en apuros [1], la chica [1] y otros muchos en los que los personajes femeninos se limitan a ser comparsa de los masculinos. Las mujeres en la ficción a menudo solo existen para ser madres, novias, hermanas, hijas, amigas o victimas de un hombre. Para ser su apoyo, para ser su premio, para ser su motivación. Rara vez existen para ser individuos completos con motivos e historias propias o para relacionarse con otras mujeres.

En el mundo del cine, por ejemplo, esto cambia notablemente cuando son mujeres las que toman las decisiones [1]. No me parece arriesgado asumir que estos datos son extrapolables a otras formas de ficción y narrativa. Sin embargo, es un hecho que la ficción por mujeres se encasilla como ficción para mujeres y, a su vez, en ficción romántica, juvenil y otras categorías que, injustamente, son tratadas como inferiores. Se publica menos ficción por mujeres, se les da menor promoción por parte las agencias y editoriales con las que trabajan y se categoriza como ficción que solo nos interesa a nosotras.

Del mismo modo, esto ocurre con la ficción con personajes LGBT. Se publican menos obras creadas por personas abiertamente LGBT, se les da menos promoción y, cuando los personajes principales lo son también, se encasilla en ficción LGBT y romántica. Además, debemos tener en cuenta que gran parte de los personajes que entran en este colectivo son usados como broma, como token, son estereotipos andantes y/o caen dentro de tropos del tipo bury your gays [1].
La mayoría de personajes LGBT que me vienen a la cabeza son secundarios y hombres, especialmente hombres gays y cisgénero. Muy pocas mujeres sáficas, de las cuales las que entrarían en la definición de bi nunca se etiquetan como tal; todavía menos mujeres trans y ninguna en la que se solapen ambas identidades. La mayoría de estos personajes existen para ser queer y sufrir por ello, igual que los femeninos para ser la chica, esa es su característica diferencial. No son personas completas, rara vez tienen un final feliz.

En resumen:
-Los creadores, los productores, los editores, etc. son misóginos, LGBTfobos y, por tanto, lesbófobos.
-Los personajes femeninos tienden a ser planos, aburridos y estereotipos que apenas interactuan entre sí.
-Los personajes LGBT tienden a ser hombres, planos, aburridos y estereotipos.

Si apenas se dan relaciones sáficas canon en la ficción, ¿cómo van a escribirse fics sobre ellas, cómo van a aparecer en fanarts? Si los personajes femeninos apenas interacctuan entre si, pues su narrativa gira en torno a los hombres, y no son interesantes, ¿cómo van a crearse headcanons sáficos y ships fanon sobre ellas?
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