Taxonomía de mi existencia

20:16:00

Mi cuerpo y mi mente no son templos hechos de roca o madera muerta donde adorar a dioses que no escuchan y cultivar un espíritu inestable, que renace con cada impulso eléctrico de mi sistema.

Soy, en cambio, el bosque y su fauna y su flora, que crece y sobrevive, que muere y renace. Puede que arda en incontables ocasiones hasta verme reducida a cenizas, que tal vez fertilicen mi tierra o quizá sean arrastradas por las lluvias hasta contaminar las aguas de mis ríos y torrentes. Atravieso primaveras y otoños, me estanco en inviernos. Me forman montañas y depresiones, surcos como cicatrices.

Soy, de hecho, un universo, vacío y lleno al mismo tiempo. Soy estrella, que brilla y titila y deforma el tejido del espacio-tiempo con su masa, que explota, muere y se transforma en voraz e insaciable agujero negro, en enana blanca y en nebulosa. Soy planeta y meteoro, arrastrada por la gravedad a miles de kilómetros por hora, sin poder escapar de la rutinaria órbita por el momento, hecha de roca y hielo que se derrite y congela otra vez. Soy, de nuevo, nebulosa de gas y polvo, aún en proyecto de formar algo más denso y estable.

No soy un templo hecho para ser abandonado en un par de miles de años, soy la naturaleza que reclamará esas piedras una vez quede olvidado, porque la gente se irá y dejará de depositar sus plegarias en el suelo que me conquistaron.


Soy la materia materia tomando conciencia de su propia existencia y de sus cambios.


You Might Also Like

0 comentarios